
Cuando hablamos de sostenibilidad, no hablamos de una moda verde ni de campañas para “verse bien”. Hablamos de futuro. De gestión estratégica. De cómo las empresas que logran alinear sus objetivos económicos con el impacto ambiental y social son las que realmente prosperan.
En ese camino, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se han convertido en una hoja de ruta imprescindible. No porque lo diga la ONU, sino porque reflejan las prioridades reales del entorno en el que operamos: recursos limitados, consumidores más conscientes, regulaciones más exigentes y cadenas de valor que exigen transparencia.
Como consultor especializado en sostenibilidad corporativa y marketing de impacto, he visto cómo los ODS, cuando se aplican con rigor y estrategia, transforman no solo el relato de una empresa… sino su rentabilidad y su legitimidad.
Y aquí es donde entra el marketing: no como un maquillaje, sino como una herramienta para comunicar con verdad, generar confianza, y alinear audiencias con propósitos. En este artículo te muestro cómo lograrlo con visión de negocio y bajo criterios ESG, partiendo desde una mirada estructurada y aplicable.
ODS: de la Agenda 2030 al corazón del modelo de negocio
En 2015, la ONU lanzó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como parte de la Agenda 2030. El objetivo era claro: movilizar a gobiernos, empresas y ciudadanos para enfrentar los desafíos urgentes del planeta y la humanidad.
Pero lo interesante es cómo los ODS han trascendido el plano institucional para convertirse en una herramienta estratégica de gestión en el mundo empresarial. Hoy, son referencia para inversionistas que aplican filtros ESG (Environmental, Social, Governance), para consumidores que exigen responsabilidad, y para empresas que entienden que el propósito y el rendimiento no son enemigos.
Los ODS permiten a las organizaciones:
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Medir su impacto más allá del EBITDA
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Comunicar con claridad en tiempos de escepticismo
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Innovar en sus productos y procesos
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Atraer y retener talento con propósito
Ahora bien, no todas las empresas deben impactar en los 17 objetivos. Lo clave es identificar cuáles son materiales para el negocio, alinearlos a su cadena de valor, y luego activar herramientas de marketing y comunicación que transformen esa visión en relación con sus grupos de interés.
ODS Sociales: Derechos Humanos, inclusión y bienestar desde el corazón de la estrategia
Los ODS sociales incluyen metas clave como:
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ODS 1: Fin de la pobreza
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ODS 2: Hambre cero
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ODS 3: Salud y bienestar
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ODS 4: Educación de calidad
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ODS 5: Igualdad de género
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ODS 10: Reducción de las desigualdades
Para muchas empresas, estos objetivos parecen “lejanos” al negocio. Pero si los miramos desde el marco ESG, son componentes críticos del pilar Social (la “S”).
¿Cómo se aplica esto a una empresa real?
Desde políticas de compensación justa, diversidad en el liderazgo, hasta programas de salud ocupacional o alianzas con proveedores inclusivos. Lo importante es entender que el impacto social no es filantropía, sino gestión del riesgo y del valor reputacional.
Ejemplo:
Una empresa energética chilena que implementa capacitaciones STEM en comunidades rurales no solo contribuye al ODS 4 (educación), sino que fortalece su licencia social para operar, fideliza talento y genera contenidos reales para su estrategia de marketing.
Marco legal en Chile:
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Ley 21.275 sobre inclusión laboral: obliga a contar con gestores de inclusión en empresas de cierto tamaño.
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Ley 20.609 (Ley Zamudio): prohíbe la discriminación arbitraria.
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Planes nacionales de DD.HH. y empresas, en desarrollo desde el Ministerio de Justicia.
¿Cómo entra el marketing?
Aquí es donde el marketing sostenible toma protagonismo. Una estrategia de contenido ESG bien trabajada:
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Visibiliza políticas internas reales
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Genera contenido para atraer talento diverso
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Refuerza relaciones con stakeholders sociales
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Construye una narrativa coherente para medios, prensa e inversores
En Anvier Group lo hemos vivido:
Colaboramos con clientes que necesitaban mejorar su posicionamiento social ante inversionistas. Creamos contenido con base en estándares GRI y alineado a los ODS sociales, mostrando proyectos de inclusión, formación técnica y beneficios a comunidades.
El resultado fue doble: mejor posicionamiento para atraer fondos internacionales y una base sólida para campañas publicitarias con propósito real, no inventado.